Marcelo T de Alvear el novio, en cambio, se sabía poco. Sólo que era un tal Alvear, millonario sudamericano. A las nueve en punto de la mañana se abrieron las puertas de la sacristía y una pareja avanzó hacia el altar. Pero, ante el desconcierto general, quienes aparecieron fueron... una criada y un agente de policía, rojos de vergüenza ante aquella multitud. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaban Regina y su novio potentado?
Marcelo Torcuato de Alvear y Regina Pacini se habían casado a las siete de la mañana, cuando la iglesia estaba desierta. Con aquella ceremonia casi clandestina culminaba (o quizás empezaba) una historia de amor que iba a desafiar varios tabúes de la sociedad argentina.
muy buena!
ResponderEliminarjajaj!! esta buenisima!!!
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